Discurso del asistente presidencial y asesor en Seguridad Nacional, embajador John R. Bolton, sobre las políticas del gobierno de Trump relativas a Am

Discurso del asistente presidencial y asesor en Seguridad Nacional, embajador John R. Bolton, sobre las políticas del gobierno de Trump relativas a América Latina, en Miami Dade College

Miami, FL
Jueves 1 de noviembre de 2018

 Muchas gracias. Muchas gracias. Bueno, es un gran placer, un gran honor estar hoy aquí en Miami, y estar con todos ustedes.

No puedo agradecerle a Ileana Ros-Lehtinen lo suficiente, como dijo ella, nos conocemos desde hace muchos años, luchamos muchas batallas juntos contra oponentes comunes. Creo que ha sido una representante modelo en el Congreso, y vamos a extrañarla en los pasillos de la Cámara de Representantes, pero no la vamos a extrañar en Washington, porque sé que no se va a ir y abandonar estos temas que se que le preocupan tanto. Solo sé que ella estará allí constantemente, pero, que maravillosa representación del Sueño Americano es ella. 

También quisiera agradecer a la Dra. Lenore Rodicio por toda la hospitalidad aquí en Miami Dade. Realmente ha sido maravilloso recorrer la Torre de la Libertad (Freedom Tower) y sentir la historia aquí, que sé que todos ustedes también sienten. Y estoy aquí en nombre del Presidente porque tenemos algunas preocupaciones importantes de política que abordar con respecto a América Latina, y no podría haber un lugar mejor donde tratar de discutirlas, tratar de responder algunas de sus preguntas cuando termine. Espero ansioso por eso. 

Este realmente es un tema de suma importancia para el Presidente, para mí y para este gobierno entero: la política de los Estados Unidos con respecto a América Latina.

En todo nuestro gobierno, estamos trabajando fuerte para fortalecer los lazos y profundizar los vínculos con varios gobiernos que actúan responsablemente en la región.

Estados Unidos tiene un gran entusiasmo de estar colaborando con naciones como México, Colombia, Brasil, Argentina y muchas otras para promover el Estado de derecho e incrementar la seguridad y la prosperidad de nuestro pueblo.

Las recientes elecciones de líderes con visiones afines en países claves, como Iván Duque en Colombia, y el fin de semana pasado Jair Bolsonaro en Brasil, son señales positivas para el futuro de la región, y demuestran un creciente compromiso regional con los principios de libre mercado y con una gobernabilidad abierta, transparente y con rendición de cuentas.

Sin embargo, hoy en este hemisferio también nos enfrentamos una vez más a las fuerzas destructivas de la opresión, el socialismo y el totalitarismo.

En Cuba, Venezuela y Nicaragua, vemos los peligros de ideologías nefastas que se propagan sin control, y los riesgos de la dominación y la represión.

Esta tarde, estoy aquí para transmitir un mensaje claro del Presidente de Estados Unidos sobre nuestra política con respecto a estos tres regímenes.

Durante este gobierno, ya no estaremos tranquilos ante dictadores y déspotas cerca de nuestras costas.

No premiaremos a pelotones de fusilamiento, torturadores y homicidas.

Defenderemos la independencia y la libertad de nuestros vecinos.

Y este Presidente y su gobierno entero acompañarán a quienes defiendan la libertad.

La Troika de la Tiranía en este Hemisferio —Cuba, Venezuela y Nicaragua— ha finalmente encontrado a su rival.

Y como ya dije, no hay mejor lugar para transmitir este mensaje que desde aquí en Miami, en la Torre de la Libertad (Freedom Tower). Miami es hogar de inmumerables estadounidenses que huyeron de las cárceles y los escuadrones de la muerte del régimen de Castro en Cuba, las dictaduras homicidas de Chávez y Maduro en Venezuela, la nefasta violencia de la década de 1980 y hoy, durante la gestión cruenta de Ortega en Nicaragua.

En cada esquina de Miami, encontrarán a alguien que ha soportado años en la infame prisión política de Castro Combinado del Este, o que ha sido torturado en la prisión de El Helicoide de Maduro o que tiene algún ser querido encerrado indefinidamente en la prisión El Chipote de Ortega.

Otros que consideran a Miami su hogar han escapado del antisemitismo y los prejuicios que lamentablemente han existido en la región.

No hay lugar para el antisemitismo en Estados Unidos, ni en ningún lugar del mundo. Todos tenemos la responsabilidad de hacer frente a este odio atroz, ya sea que se manifieste en Pittsburgh, Caracas o cualquier otra ciudad.

Y saben, en ese sentido nadie ha hecho más que Ileane Ros-Lehtinen, incluyendo su liderazgo en el proyecto de ley que presentó para permitir que los sobrevivientes del holocausto tengan la oportunidad de llevar sus casos a los tribunales. Gracias Ile.

Muchos de ustedes entre el público hoy han sufrido personalmente horrores impensados a manos de los regímenes en Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero sobrevivieron para dar batalla, superar la adversidad y vencer.

Respiran el aire libre de esta hermosa ciudad. Sus hijos han experimentado las posibilidades de la libertad. Y sus nietos nunca conocerán de primera mano la desgracia de la represión.

Sus descendientes podrán ser lo que quieran, y lograr todo lo que se propongan.

Podrán asistir a esta extraordinaria institución, Miami Dade College, o incluso, postularse para la presidencia de los Estados Unidos de América.

Y a medida que crezcan y prosperen en Estados Unidos, llevarán con ellos su historia, su sacrificio y las memorias del increíble triunfo que ustedes consiguieron. El éxito de ellos será el legado duradero de ustedes.

En Estados Unidos, es habitual escuchar las historias de estadounidenses que llegaron a nuestro país en busca de una mejor vida y salieron adelante trabajando duro y con sacrificio.

Hoy, quisiera pedirles que cuando piensan en el Sueño Americano, y en esta imagen icónica, visualicen también algo más.

Generaciones de estadounidenses se han sentido inspirados para prosperar en libertad no solo por las recompensas del trabajo arduo, la dedicación y el sacrificio, sino además por los derechos inalienables concedidos a cada estadounidense y consagrados en la Constitución de los Estados Unidos.

Estas libertades fundamentales están representadas para siempre por el rojo, el blanco y el azul de nuestra bandera y son defendidas por los más extraordinarios militares de todo el mundo.

El Sueño Americano depende del trabajo duro y de la autosuficiencia, es cierto, pero incluso más de saber qué es lo que la libertad hace posible: la conciencia de que uno puede trazar su propio destino, el entendimiento de que uno es libre de hablar, pensar, escribir, orar y vivir.

Todos los que están hoy aquí presentes entienden esta verdad fundamental. No hay nada glamoroso en los gulags ni en los campos de trabajo, en los escuadrones de la muerte ni en las máquinas propagandísticas, en las ejecuciones en masa y en el sonido de los gritos aterrorizantes que llegan desde las profundidades de las cárceles más nefastas del mundo.

Estas son las verdaderas consecuencias del socialismo y el comunismo. Este es el precio cuando se extingue la llama de la libertad.

Como lo ha señalado el Presidente, los problemas que vemos en América Latina hoy no han surgido porque el socialismo se implementó mal. Por el contrario, el pueblo cubano, el venezolano y el nicaragüense soportan profundos padecimientos justamente porque el socialismo se implementó eficazmente.

En Cuba, una dictadura brutal bajo la fachada de una nueva figura sigue frustrando las aspiraciones democráticas, y encarcelando y torturando a opositores.

En Venezuela y Nicaragua, líderes autocráticos desesperados por aferrarse al poder se han sumado a sus pares cubanos adoptando el mismo comportamiento opresivo que consiste en el encarcelamiento, la tortura y el homicidio.

Esta Troika de la Tiranía, este triángulo de terror que se extiende desde La Habana hasta Caracas y Managua, es la causa de un inmenso padecimiento humano, la razón de una profunda inestabilidad regional y la génesis de una sórdida cuna del comunismo en el Hemisferio Occidental.

Durante la presidencia de Trump, Estados Unidos está tomando medidas directas contra los tres regímenes en defensa del Estado de derecho, la libertad y la dignidad humana básica en nuestra región.

Como lo ha dejado en claro el Presidente en reiteradas oportunidades, la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos se ve beneficiada cuando hay libertad cerca de nuestras fronteras.

En Cuba, seguimos apoyando con firmeza al pueblo cubano, y compartimos su aspiración de un cambio democrático genuino.

Miembros de este gobierno nunca se tomarán una fotografía frente a una imagen del Che Guevara, como hizo Barack Obama. Una imagen del Che Guevara representada en el ministerio cubano que gestiona la Fuerza de la Policía Nacional Revolucionaria, el agente encargado de la represión del pueblo cubano.

Esta opresión de los disidentes y reprimir todo tipo de libertad conocida por el hombre es lo que tipifica el régime de La Habana.

No vamos a ponderar a las guerrillas marxistas para promover una falsa ilusión de nuestra propia gloria. Nos interesan las sanciones, no los selfies.

En este gobierno, ya no habrá canales secretos de comunicación entre Cuba y Estados Unidos. Nuestra política es transparente ante el pueblo estadounidense y el resto del mundo.

Está encapsulada en el Memorando Presidencial 5 de Seguridad Nacional (NSPM-5) sobre “Fortalecimiento de la Política de Estados Unidos sobre Cuba”.

Y en junio del año pasado, el Presidente Trump vino justamente aquí a Miami a exponer la nueva política de este gobierno y a anunciar la cancelación del trato unilateral y tendencioso que el gobierno anterior tenía con el régimen cubano.

Como lo señaló entonces el Presdidente, Estados Unidos no apoyará un monopolio militar que comete abusos contra los ciudadanos de Cuba.

Conforme a este enfoque, Estados Unidos está aplicando las leyes estadounidenses para mantener sanciones hasta que, entre otras cosas, todos los presos políticos sean liberados, se respeten las libertades de reunión y expresión, se legalicen todos los partidos políticos y se programen elecciones libres y con supervisión internacional.

Por sobre todo, nuestra política incluye medidas concretas para impedir que dólares estadounidenses lleguen a militares y servicios de seguridad e inteligencia cubanos.

En la fecha de hoy, quiero destacar que esta Directiva de Seguridad Nacional fue apenas el comienzo de nuestras iniciativas para presionar el régimen cubano.

Desde su divulgación, hemos aplicado sanciones más rigurosas contra los servicios militares y de inteligencia cubanos, incluidos sus intereses en empresas, y salvando vacíos legales en nuestras resoluciones relativas a sanciones.

En este sentido, creo que en pocos días el gobierno añadiría más de dos decenas de entidades adicionales que están bajo la propiedad o el control de las fuerzas militares y de inteligencias cubanas a la lista de entidades restringidas, con las cuales se prohíbe que personas estadounidenses realicen transacciones financieras. Y creo que incluso vendrán más.

Las agencias militares y de inteligencia cubanas no deben lucrar de los Estados Unidos, su pueblo, sus viajantes o sus empresas. Más aún, les prometo además que el Consejo de Seguridad Nacional revisará intensamente el progreso del compromiso del Presidente Trump con respecto a Cuba hecho el año pasado para garantizar que todos se implementen completamente.

En respuesta a los nefastos ataques contra la Embajada en La Habana, también hemos reducido el personal de nuestra embajada en Cuba.

Este Presidente no permitirá que nuestros diplomáticos sean atacados impunemente. Y no excusaremos a quienes perjudican a nuestros máximos representantes en el extranjero, invocando falsamente videos o armando pretextos absurdos para causarles sufrimiento.

Estados Unidos defenderá a sus ciudadanos, nuestros aliados y nuestros amigos, ya sea que frecuenten nuestra nueva Embajada de EE.UU. en Jerusalén, exijan reformas en Teherán o luchen por la libertad en las calles de La Habana.

Solamente trataremos con un gobierno cubano que esté dispuesto a emprender reformas necesarias y tangibles, un gobierno que respete los intereses del pueblo cubano.

En Venezuela, Estados Unidos actúa contra el dictador Maduro, que utiliza las mismas tácticas opresivas que han sido empleadas en Cuba durante décadas.

Ha instalado una Asamblea Constituyente ilegítima, desvalorizado la moneda para obtener beneficios políticos y obligado a su pueblo a inscribirse en un servicio corrupto de distribución de alimentos o enfrentarse a la inanición.

Estas medidas han generado una oleada de efectos en toda la región. La crisis en Venezuela ha llevado a un desastre humanitario generalizado y la mayor migración masiva del hemisferio. Más de 2 millones de venezolanos desesperados han escapado del régimen represivo de Maduro desde 2015.

Lamentablemente, esta tragedia humana podría haberse evitado. Maduro y sus colaboradores son los únicos responsables de todo este sufrimiento.

La represión del régimen venezolano es posibilitada, por supuesto, por la dictadura cubana. Estados Unidos insta a todos los países de la región a que enfrenten esta evidente realidad, y hagan saber al régimen cubano que deberá responder por la opresión continua en Venezuela.

Desde la perspectiva de Estados Unidos, nuestras demandas son simples y directas. Instamos a la liberación inmediata de todos los prisioneros políticos venezolanos; la aceptación de asistencia humanitaria internacional; elecciones libres, justas y creíbles; y a que se tomen medidas legítimas para el restablecimiento de las instituciones democráticas y el Estado de derecho en Venezuela.

Desde que asumió la presidencia, el Presidente Trump ha firmado cuatro ordenes ejecutivas que apuntan contra la corrupción y al saqueo de la economía venezolana. Este gobierno ha sancionado a más de 70 personas y entidades venezolanas, incluidos el presidente y su esposa, junto con miembros de alto rango de su régimen. Además, hemos impuesto una designación de cabecilla del narcotráfico a un integrante del círculo de allegados de Maduro.

También hemos condenado la participación del régimen en la muerte ocurrida previamente este mes de un concejal opositor venezolano mientras se encontraba bajo la custodia del servicio de inteligencia, y del mismo modo nos hemos manifestado contra la aparente tortura de otro concejal opositor que habría tenido lugar en agosto.

Hoy, me enorgullece compartir la noticia de que el Presidente Trump ha firmado una nueva Orden Ejecutiva para imponer nuevas y severas sanciones contra Venezuela.

Las nuevas sanciones apuntarán a redes que operan dentro de sectores económicos corruptos de Venezuela y a denegarle el acceso a los fondos robados. Como medida más inmediata, las nuevas sanciones evitarán que personas estadounidenses se involucren con actores y redes que son cómplices de transacciones corruptas o engañosas en el sector aurífero venezolano. El régimen de Maduro ha utilizado como bastión para financiar actividades ilícitas, llenar sus arcas y financiar a grupos delictivos.

Estados Unidos no tolerará que Maduro socave las instituciones democráticas ni que prosiga su violencia despiadada contra civiles inocentes.

Por último, en Nicaragua, Estados Unidos continúa condenando la violencia y la represión del régimen de Ortega contra sus ciudadanos y miembros de la oposición. Ortega y sus aliados han erosionado completamente las instituciones democráticas, acallado la libertad de expresión e impuesto una política de encarcelamiento, exilio o muerte para los opositores políticos.

El gobierno continúa deteniendo ilegalmente a manifestantes y manipulando leyes contra civiles inocentes. Previamente este mes, un manifestante estudiantil fue detenido ilegalmente, y hasta el día de hoy, su familia desconoce su paradero.

Este comportamiento es inaceptable en cualquier parte, y especialmente en el hemisferio occidental. Nicaragua debe celebrar elecciones libres, justas y anticipadas, y el pueblo nicaragüense debe recuperar la democracia.

Hasta entonces, el régimen nicaragüense, al igual que Venezuela y Cuba, sentirán todo el peso del sólido régimen de sanciones de Estados Unidos.

La Troika de Tiranía en este hemisferio no durará para siempre Al igual que a todos los regímenes y las ideologías opresivos, también a ellos les llegará su ocaso. Los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua son oponentes de temer, y si yo fuera Díaz-Canel, Maduro u Ortega, temería a su poder virtuoso.

Estos tiranos se creen hombres fuertes y revolucionarios, íconos y personas dignas de admiración. En realidad, son personajes estrafalarios, patéticos, más parecidos a Larry, Curly y Moe. Los tres chiflados del socialismo son verdaderos creyentes, pero rinden culto a un dios falso.

Sabemos que la hora de la verdad los está esperando. Vemos que esto se gesta en las valientes Damas de Blanco, que con coraje salen a las calles para defender a sus familias y a toda Cuba. Sentimos su tremor en la multitud que rodea al féretro envuelto en la bandera del joven de quince años Orlando Córdoba, muerto en una protesta pacífica en Nicaragua. Oímos su eco en los cánticos lacerantes fuera de una base militar de Venezuela: “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”.

Estados Unidos ahora espera ver la caída de cada ángulo del triángulo: en La Habana, en Caracas, en Managua.

Mientras esperamos ese día, los pueblos de la región pueden tener la certeza de que Estados Unidos está con ellos contra las fuerzas de la opresión, el totalitarismo y la dominación.

Miren hacia el Norte, miren nuestra bandera; miren su propia bandera. La Troika se derrumbará. Los pueblos triunfarán. Y la llama honesta de la libertad volverá a arder con su luz en este hemisferio.

Muchísimas gracias.

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Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.